30.12.03

Cinco navideñas y retrasadas

La referencia semanal obligada aquí. Tardías, pero igual sirven su propósito.

1)¿Qué sientes días antes, durante y después de estas fechas tan señaladas?
No me gusta admitirlo, pero creo que me deprimo. Además, es raro cuando recibo regalos que me encantan, entonces me desencanto. Soy como un grinch disfrazado, supongo. Me da la tristeza profundísima por lo general. Con excepción de los días que decido que me voy a divertir como enana. ¡Ah! Primero expectación por todo lo que voy a comer y luego intensa culpa por todo lo que me comí.

2)¿Qué recuerdos de la infancia guardas de la Navidad que aún lleves a la práctica?
Poner algunos adornos. Comprar regalos. Me he convertido en el Niño Dios y en los reyes de vez en cuando. Cenar MUCHO.

3)¿Cuándo y quién rompió la magia infantil de los Reyes Magos?¿Cómo te sentiste al saberlo?
Fue extraño. Durante años me lo dijo mucha gente pero no lo creí. La confirmación recuerdo que salió de labios de mi mamá. Yo me hice la que ya sabía para que ella no se sintiera culpable. Tendría unos diez años. Me rompió el corazón.

4)¿Cómo decoras tu casa? ¿Qué es lo que mas ilusión te hace de estas fechas? Y si no te gustan, ¿por qué?Este año convencí a Duque y compramos un gran árbol de navidad natural. Huelen tan bien. Además, compré una nochebuena blanca y puse el nacimiento que mis padres usaban cuando yo era niña - regalo reciente -. Lo que más me hace ilusión son los regalos. Definitivo.

5)¿Qué le pides a esta Navidad?¿Qué sueños quieres cumplir? ¿Hay alguien en tu vida al que necesitas tener esa noche más cerca que a otros?
Extrañé a mis papás. Fuí muy feliz de pasarla con mi Duque y descubrir que hice eco con su familia como él hizo eco con la mía. Me encantó recibir una llamada del Mortal y otra de mi Hija. Fue lindo. En realidad fue una Navidad buena. Y sé que eventualmente me llegarán los regalos, je.
Entendimiento

La verdad, es que yo nunca había aceptado del todo las esculturas de Sebastián. Me parecían tan abigarradas, tan extrañas, tan inútiles a la mitad de Paseo de la Reforma, "coronando" el cruce de Lázaro Cárdenas y Mariano Otero en Guadalajara, escondidas entre la maraña de concreto del distribuidor vial de San Antonio.

Saliendo de la ciudad de Chihuahua hacia el sur del estado, a la mitad de la nada, en el llano, hay una enorme escultura roja que marca la entrada a la ciudad natal del escultor.

Entonces lo entendí todo. Se ve tan hermosa en medio de las montañas. El sol incide de una manera tan bella en sus formas geométricas.

La obra de Sebastián, comprendí entonces, sí es capaz de despertar una sensación de belleza en mí. Sí y sólo sí, está estacionada en el lugar adecuado.
De regreso de la tierra más tranquila del mundo

En Delicias, Chihuahua, el mundo transcurre lento. Tranquilo. Parece que lo único que se mueve son las ráfagas de viento helado que barren los valles. Las montañas hermosas alrededor. Como grandes dinosaurios dormidos, de piel mullida, tendidos hechos bolita esperando el sol.

Hay queso riquísimo. Y tortillas de harina. Y nogales. Cientos de nogales que en invierno son completamente pelones, alargados. Bailan. Con sus ramas vacías se abrazan. Otros árboles alrededor de la carretera están teñidos de amarillo, en un invierno tan melancólico.

Ir de punta a punta de la ciudad toma diez minutos. En quince ya estás fuera. La gente pasea en el centro, va a sus diferentes iglesias, tiene fiestas navideñas en automóvil, por aquello del frío. Los niños tarahumaras van detrás de ti en el centro. No te piden un peso, o para un taco. Te piden que "les compartas".

A lo largo del camino, las vacas te miran. Las plantas procesadoras de algodón. Un gran estadio de baseball. Una presa que se ha desbordado una sola vez, donde hay lanchas y comederos de pescado frito.

Increíble, pero extraño esa tierra de la inmovilidad. Y doy las gracias para quienes me abrieron sus brazos, casas. Y a mi Duque que me llevó por allá. Fue un descubrimiento único.

23.12.03

Compras de último minuto

¿Algún voluntario que quiera hacerlas por mí?
Veo un México

En el Periférico, hay un enorme espectacular pagado por el PRI del Estado de México que reza: "Veo un México sediento de justicia".

Hoy amanecimos con la novedad de que - otra vez - no tendremos reforma fiscal este año.

Me llama la atención que el PRI del Estado de México vea a un México sediento de justicia. Yo creía que el señor Montiel veía un México del que podría ser presidente.

El México que yo veo, con y sin reforma, es distinto.

Veo un México que le gusta derrotarse a si mismo.
Veo un México acostumbrado a pedir y no a trabajar para obtener lo que quiere.
Veo un México temeroso y confundido, jaloneado por un montón de payasos que se lo quieren dividir.
Veo un México insultado cada vez que sus calles se llenan de personas que al reclamar sus derechos vulneran los de los demás.
Veo un México desmemoriado, que vota por revanchismo - cuando vota - y no cuenta las ventajas de evolucionar.
Veo un México de quejosos profesionales, que en lugar de trabajar por una mejora está esperando a que alguien lo cambie todo por él.
Veo un México que está siendo engañado. Y no se da cuenta.
Terremoto y acá todo sereno

Una de mis ciudades favoritas, San Pancho, fue sacudida por un terremoto, junto con otro buen pedazo del Sur de California. Nada grave pasó.

Por lo pronto, aquí, nada se sacude. Tengo la sensación perenne de que me quedan miles de cosas por hacer. Sé qué cosas son pero simplemente no tengo ganas de hacerlas. Hoy no.

19.12.03

Versión express

Tendré comida de la oficina en mi casa. Si todos mueren envenenados no fue mi culpa, je.

Por lo pronto, una versión exprés de Las cinco.

1) Érase una vez un pequeño caballito de cristal... que comía pasto de cristal en la granja de cristal. Afuera de la esfera, sólo había desierto.

2) La/le puso sobre la cama y muy lentamente... le arrancó una a una las pestañas del ojo derecho.

3) No me lo podía creer, aquel helado de chocolate... había logrado cubrir por completo mi inmaculada camisa blanca.

4) La mirada de aquella niña... se quedó grabada en el espejo de la casa en la que vivía.

5) Si por lo menos alguien quisiera escucharme... podríamos construir un nuevo imperio.

16.12.03

Me imagino, señor, me imagino

Dice el señor Bush, en la cita del día del NYT: "He llegado a darme cuenta de que este trabajo es un trabajo magnífico".

Shí, shí, shí. Seguro. Sobre todo cuando tienes la oportunidad de jugar a vaqueros e indios en plena edad madura. ¡Y con armas de verdad! :P

15.12.03

Noticia triste

El sábado se murió Keiko de una pulmonía. Fin de una vida de continuo sufrimiento. La única canción que le dedicaron se la cantaba M.Jackson. :P Hicieron tanto escándalo de que tenían que liberarla y murió de frío, sola e histérica porque le gustaba el contacto con la gente.

Si alguien se pregunta qué le sucede a las ratas - perdón, ballenas - de ciudad cuando las sacan del DeFectuoso, ahí está una buena imagen.

Ojalá y esté descansando en el cielo de las ballenas.

Actualización: Clive D. L. Wynne, profesor de psicología de la Universidad de Florida publica en el NYT una editorial que apoya la postura de este blog: Keiko no tenía ninguna gana de "ser libre".
Cinco: a lunes

1) ¿Qué quitarías del mundo?
Nada. Supongo que me gusta como está. Estoy tentada a decir que algunos seres, pero son los que le ponen sal y pimienta a la vida. Pero, pensándolo bien: ¡quitaría todas las alergias que hacen a la gente alejarse de los gatos!

2) ¿Cuál es tu sentimiento favorito?
El amor (qué cursi). El deseo, sí. Eso que te hace que la piel se te erice y el cuerpo despierte completo.

3) ¿Cuál es el recuerdo más intenso que tienes?
Creo que todo lo que merece ser recordado debe ser muy intenso. El tomar conciencia de que amas a alguien o de que alguien ya está muerto y no va a regresar.

4) ¿Cuál es el pensamiento que más se te repite a lo largo del día?
Respira, idiota, respira.

5) ¿Qué es lo que más te gusta provocar en la gente?
Terrible, pero cierto. Creo que admiración. Respeto. Sí.
Impuestos muy cristianos

Si nuestros legisladores siguen buscando alguna pista para diseñar una buena estructura de impuestos, ojalá y no volteen hacia Alabama. Según los estudiosos, este estado tiene una de las estructuras hacendarias más retrógradas de Estados Unidos: les cobran mucho a los pobres y muy poquito a los ricos (lo que sea que esto significa).

Buscando argumentos para mejorarla, una profesora de la Universidad de Alabama publicó "Un Argumento para la Reforma Hacendaria basado en la Ética Judeo-Cristiana".

La señora Susan Pace Hamill argumenta que los ciudadanos de Alabama, especialmente los que se cristianos tienen una "responsabilidad moral" de "apoyar una reforma hacendaria completa a fin de eliminar las enormes injusticias creadas por la estructura hacendaria actual".

¡Qué fuerte! ¿Se imaginan una reforma hacendaria emitida en honor a la Guadalupana? El cura Hidalgo estaría tan orgulloso...

La nota completa (que sólo pueden ver los subscritos al NTY) la pueden ver aquí.

12.12.03

La Guadalupana

Estoy haciendo tiempo para que lleguen por mí. El Duque se retrasa. Hoy es día de descanso en muchos lugares, pero no en mi oficina. Ni siquiera las caras de fuchi descansan (la mía incluída).

Comienzo a creer que me estoy convirtiendo en persona non gratta.

Un pasado posible me envió un mensaje electrónico. Le llamé por teléfono, pero está muy ocupado. Qué raro. Me gusta la idea de que me llame. Quizá por ahí está mi escapatoria.

Decidido: en 2004 me voy a escapar. Que me atrape quien me alcance.

Hoy estuve a punto de matar a la Valquiria. Llegó aquí cantando "La Guadalupana" a voz en cuello, para mi desgracia. Detesto la canción. Y me cae peor cuando alguien la canta a gritos en plan molinche. Me recuerda a mis primos borrachos. Terrible.

- Extraño a mis primos. Aunque canten "La Guadalupana" a gritos después de una botella de tequila. -

(La verdad es que yo estoy sentida porque quería un libro o una película o una cosa bonita. Pero si me quiero sacar algo, mejor compro la lotería. De otra manera, no tiene sentido)
Educación a la francesa

Ayer, le entregaron a Jacques Chirac en París un reporte en el que se pide que se prohiba utilizar "sìmbolos religiosos conspicuos". Se trata, a grandes rasgos, de evitar que la gente lleve enormes cruces al cuello, kippah en la cabeza o velos para las niñas musulmanas.

Los franceses, tan progres, quieren evitar que haya discriminación en la escuela, "que se vulneren los derechos de las mujeres haciéndolas cubrirse". Lo simpático del asunto es que uno puede pasearse en una playa pública sin ropa y no hay problema. O puede llevar camisetas con consignas misóginas sin conflicto. Si lo que piensan - lateralmente - es que sin los "signos religiosos" será más difícil identificar a los diferentes grupos y que éstos se vean expuestos al odio de los otros, yo creo que es poco probable. A Adhmed sus compañeros van a seguir reconociéndolo como musulmán, a María Magdalena como cristiana y a Sarah como judía. Con o sin "símbolos religiosos conspicuos".

La nota completa del NTY está aquí-

Por cierto: las que se oponen al uso de velos en las niñas porque "vulneran los derechos de las mujeres" son las trabajadoras de la revista Elle. ¿No deberíamos prohibirles también a ellas que publiquen fotografías de modelos esqueléticas que vulneran la autoestima de cientos de mujeres "reales" en el mundo?
Ah, la nostalgia

"¿Recuerda usted cuando los teléfonos eran tan sólo teléfonos? El NTY publica un pequeño artículo con las razones por las cuales uno NO debe tener un teléfono con cámara. El documento argumenta que la movilidad que nos da un teléfono celular - muy aparte de la posible causa de cáncer, je - lo que nos quita es nuestra privacía.

Hace poco me enteré que en mi universidad ya empezaron a prohibir los celulares en las aulas. No sólo que estén prendidos en las aulas sino que entren a las aulas. ¿Motivo? Los mensajes escritos. Prácticamente sin ruido, uno puede pedir respuestas a cualquier parte del mundo. Lo mismo sucede con los conectados a Internet.

El asunto de hacer trampa en los exámenes continúa haciéndose tecnológicamente más complicado - me acuerdo cuando la gente metía fórmulas en las calculadoras. A ver qué sucede ahora que ¡por fin! yo regrese a la escuela.

11.12.03

Receta para ciudades exitosas

Hay también en el NYT un artículo de John Leland que cuenta cómo Memphis se volvió (o se está volviendo) una ciudad cool. La receta mágica parece ser construir ciudades-marca en la que viva la gente "más creativa e innovadora".

Hum. Y yo leyendo a Naomi Klein que critica terriblemente el "Celebration, FL" de Disney.

¿Será esta una opción para pequeñas ciudades olvidadas como Lagos de Moreno? Sabe...
Sobre el IMCINE y esas cosas tristes

Tina Rosenberg, del New York Times, hace en la edición de hoy un comentario editorial interesante sobre las consecuencias de desaparecer al IMCINE.

"No cada país pobre debería tener una industria cinematográfica nacional. Pero México sí, y no sólo por su historia (en el cine). Al igual que Francia, Mexico se define a si mismo en gran manera por lo que no es: no es Estados Unidos. Para los mexicanos, sus películas son una gran defensa en contra de ser tragados culturalmente por Estados Unidos."

¿Será el cine de Cuarón o de González Iñárritu realmente el cine mexicanísimo que nos define radicalmente distinto a las cintas de Hollywood? La verdad es que yo no lo creo. Lo que sí creo es que son dos autores limpios y buenos que demuestran, una vez más, que lo hecho en México está bien hecho.

No sé si vayan a marcar un hito en la historia del cine. No termino de creerlo. Lo que sí es que están ahí, como dignos representantes de su tiempo. Y es una lástima que los que les siguen no vayan a poder hacerlo.

Del NYT: Si no están suscritos al servicio, no les va a dejar ver la nota completa. Pero vale la pena. Sólo te piden un registro pequeño y tienes noticias frescas todos los días.
Las de la semana pasada

Antes de que se me olvide y me ocupe con las diez millones de cosas que tengo que hacer hoy, contesto Las cinco del viernes de la semana pasada:

1) ¿En que tipo de vivienda vives: casa, piso, chalet, de propiedad, de alquiler, en casa de tus padres, en residencia de estudiantes...?
Vivo en un departamento pequeño en un cuarto piso. Es legalmente propiedad del Duque, pero lo considero también mío, je.

2) ¿Cuál es tu estancia favorita de la casa?
Precisamente la sala. Ahí están los libreros y también las películas y la televisión.

3) ¿Cuál es el último objeto que has comprado para la casa (o para tu habitación)?
Hum. Una planta de nochebuena blanca que está sobre la mesa de centro de la sala. Natural.

4) Si pudieras elegir, ¿qué obra de arte te gustaría tener en el salón?
Cualquiera de BEF. Las que me regalan mis amigos. (Como sucede ahora)

5) Nunca sales de casa sin...
¿Físicamente? La cabeza porque la tengo pegada. ¿Metafóricamente? Mis ojos para hacer crónica. (Son especiales. A veces ni me doy cuenta y ya están haciendo su trabajo)

Voilá.
Listas, listas

Este blog comenzó como un lugar para tener crónicas. A estas alturas - pésele a quien le pese - es algo así como diván.

El punto es que me habían contado de Las cinco del viernes, un sitio español en el que cada viernes se publican cinco preguntas sobre la vida de lo más simpáticas. La inspiración del sitio viene de un movimiento inglés similar llamado Friday Five. Muchas veces las preguntas son simpáticas y la idea del chismógrafo, tengo que confesarlo, como que me atrae.

Entonces, regresando al asunto de la ciudad, contesto mis primeras cinco aunque son la de la semana pasada (se publican los jueves, para que el viernes los navegantes cumplidos ya las tengan contestadas).

1)¿En que ciudad o pueblo vives? Especifica país, que a veces las ciudades se repiten.
Vivo en la Ciudad de México, DF. Es la capital de México.

2) ¿Un buen restaurante?¿Uno barato?¿Uno especial por algún motivo?
Quizá uno de los mejores restaurantes que conozco se llama Casa de Italia. Está en la extra in zona de La Condesa (Agustín Melgar 6) y tiene, máximo, diez mesas. Atiende Luigi, su dueño. Verdadera comida italiana.

El barato: atrás de mi oficina hay un chino muy bueno, barato y decente (Atenas 56, Col. Juárez) . Las chinitas son la mar de amables y el café con leche es delicioso.

Uno especial: el Saks (Insurgentes Sur 1631 y José Ma. Velasco 110 , Col. San José Insurgentes). Sirven comida Sefardí y muchas mezclas de verduras deliciosas. El de Insurgentes es vegetariano y el de José María Velasco sí sirve carne. ¿Sugerencia? Medallones de filete con mostaza y tarta de camembert con frutas. ¿Por qué es especial? Porque los martes y los jueves tocan música medieval y porque fue al primer lugar en esta ciudad al que fuí a comer con el Duque en el DF.

3) ¿Qué es lo que más te gusta de tu población, y lo que menos?
Lo que más me gusta es que es muy grande y tiene muchos museos, teatros, opciones, gente interesante, etc. Lo que menos me gusta es que es muy grande y tiene DEMASIADO tráfico - hago más de una hora diaria de mi casa a mi oficina y eso es injusto.

4) ¿Algún sitio, monumento o rincón de tu ciudad que sea un pecado no visitar?
El centro. Es hermoso. Recordemos que México era la ciudad de los palacios.

5) ¿Sabes alguna leyenda, mito o curiosidad de tu zona?
El palacio de Gobierno no es precisamente el edificio más bonito del Centro. Alguien me contó - no me acuerdo quién, pero supongo que era confiable porque aún lo recuerdo - que la razón de que el Palacio sea tan feo es que en los barcos se confundieron los mapas de construcción del Palacio de Gobierno de la Ciudad de México y de la cárcel de Lima. Ergo, cuando se dieron cuenta, Perú tenía una cárcel que parecía palacio y México un palacio que parecía cárcel. Y ya.
Sorpresa acentuadora

¿Sabían que la Real Academia ya decidió quitarle el acento diacrítico a sólo que substituye a solamente? Ahora, todos los solos estarán ídem sin sus acentos.

Lo más triste en realidad es el caso de los acentos. Cada vez más de ellos acaban en el viejo cajón de escribidor que nadie volverá a abrir. Olvidados y tristes, se mirarán unos a otros, se preguntarán si sus vidas realmente eran tan insulsas. Recordarán nostálgicos aquellos años en los que se gastaban tiras y tiras de corrector de máquina de escribir en removerlos cuando habían sido puesto en vano. Porque aquellos buenos acentos que eran retirados de los textos morían sí, pero con el honor de haber estado en la batalla.

Ahora, los acentos que habían sido creados para diferenciar el sólo que significa solamente, yacerán olvidados. Nunca se les llamará. No habrá ninguna razón para su existencia.

Pobres. Por eso, y sólo por eso, yo seguiré acentuándolos.

Ahora, pregunta sincera: ¿Alguien sabe porqué esos dignos acentos que resurgieron de sus cenizas como el ave fénix para acentuar a las mayúsculas son olímpicamente ignorados por la mayoría de los tipos de computadora? Como dice mi gran jefe, es la peor de las esquizofrenias: Word te marca incorrecto cuando no las pones pero no aparecen cuando imprimes los documentos. Qué tristeza.

Otra pregunta: ¿Cuántas personas en el mundo sufrirán, igual que yo, el mal de cantar los acentos? "A-cen-tu-án-do-las" - tuve que decir sonoramente ante la mirada atónita de mis compañeros de trabajo mientras remarcaba cada sílaba con un golpecito en mi escritorio. Gajes del aprendizaje.

10.12.03

Muy cansado

Después de ver a la querida Rax aquejada por su tos, comencé a temer por la integridad de mi salud. Y bueno. Terrible dolor de cabeza, sueño, hartazgo.

Colmo: ayer intenté hacer un pastel y se me quemó. ¿A qué genio de la ingeniería se le ocurre no ponerle numeritos de temperatura a un horno? A un alemán.

Humpf.

Me da mucho gusto que ya haya llegado Bef. Espero verlo pronto.

8.12.03

El Cumple

Fiesquito se está quejando porque su papá le regaló un suéter que, aunque muy lindo, le queda grande. El ser - no me gusta mencionarlo, lo siento - le mandó unas rosas lindas. Yo no tengo vergüenza porque, en medio de mi cansancio mortal, no fuí a su fiesta del viernes (eso de cumplir años en lunes nada más no deja).

Este cronopio lo siente.

Pero también ya la abracé, le dí su sorpre y también le regalo la luna de esta noche. La serenidad de que este año viene más brillante que los anteriores.

Abrazos.

5.12.03

Última estampa

Quizá es que no camino por los lugares adecuados cuando estoy aquí. Ayer, sin embargo, hubo cosas en Monterrey que me asombraron.

Contra mi declaración de "no me voy a comprar ropa", me dí cuenta que sí necesitaba una blusa limpia para la noche, un poco más formal. Me armé de valor y de tarjeta de crédito y salí a perderme en las calles de Monterrey. Efectivamente, y como es mi costumbre en una ciudad distinta, me perdí.

Perdida, llegué al corazón del centro. Cientos de tiendas. Y gente... ya me voy. Luego termino.

Me corren.

- Hace *snif* mucho tiempo que no veo a mis amigos. A ver si este fin se me hace -
Adivinanza

¿Saben dónde está BEF?

¡En Zacatecas! ¡Con Inverno! ¡Y sin Nos!

(Tenemos gusto pero también un poco de envidia. Ese viaje sí nos gusta matarile, rile, ron)
Otro regalo sorpresa

Hoy llegué para encontrarme con un cheque que tengo que autorizar. Es el equivalente de más del 500 por ciento de mi sueldo mensual para alguien que, perdón, no trabaja como debería. Me cae perfecto, pero tengo que detener esto.

También me encontré con dos bolsas llenas de regalos sorpresa que le había comprado al Duque. Mucha emoción. Espero que sea feliz cuando los vea.

- Creo que también le van a gustar a Alberto. Y a Rax. Haremos una fiesta y lo decidiremos -.

Mañana tengo que ir a Cuernavaca a una boda. Perdón, pero no me voy a ir sin el Duque. No quiero. No quiero. No quiero. No.

(Ah, con la berrichudez. Tengo que escribir un publirreportaje antes de irme. Debería poner manos a la obra)
Muy molesta

No dormí bien. Me tomé un par de copas - con Ms. Sharpie, of all people - y estaba tan cansada que me cayeron como bomba. Tenía que salir a primera hora de regreso al DeFectuoso porque me habían puesto en agenda una capacitación a las nueve.

Me costó un trabajo horrible despertarme. Recorrí el cuarto de hotel dando tumbos. Mis ojos intensamente rojos, irritados no sé con qué. Salí a hacer check out y descubrí - a tiempo - que mi abrigo se había quedado dentro de mi habitación. De regreso. Viajé con la traductora hasta el lejanísimo aeropuerto de Monterrey. Realmente me estaba durmiendo. Muy cansada. Con hambre.

Llego al aeropuerto. Pago 115 pesos por el cambio de mi boleto. Me acerco al mostrador y me dicen: "qué bueno que lo cambio pero fíjese que el aeropuerto de México está cerrado y todos los vuelos van a salir con retraso". Eran las malditas 6.30 de la mañana y yo tenía que procesar que, una vez más, mi vuelo iba a salir retrasado.

En fin. Subimos. Esperamos un par de minutos y hasta eso, abrieron finalmente el aeropuerto y sólo salimos con 20 minutos de retraso. Vuelo apretado. Yo dormida. Agarré un periódico del carrito y era periódico de ayer. No me dí cuenta hasta que terminé de leer la primera plana (¿Por qué esta noticia me suena conocida?, me gritaba mi adolorido cerebro). El colmo.

Llegamos a México. Horror de tráfico. Taxista terco con la ruta más estúpida de la vida. 9.00 horas y yo en Insurgentes. Auxilio. Llego a la oficina 9.15 en punto. No hay nadie en la sala de juntas.

Prendo mi computadora, escucho mis once mensajes - todos colgaron, con excepción de Martha quien habló para decirme que me quiere. Yo también la quiero. Mientras trataba de quitar las montañas de papel a mi alrededor, llega un correo electrónico. "Perdón, se me olvidó cancelarles la capacitación. No se va a hacer hoy".

...

¿Necesito decir más?
Tres erratas

Estoy loca, loca, loca. Lo demuestra mi último post: escribí primero rebasé con v de vaca (de Victor, según el abecedario aeronaútico que no me he podido aprender) y encorvarse con b de burro (de Bravo). Gracias al visitante autonombrado Pato por la correción - ¿Será Moller convertido en mi conciencia ortográfica? Lo dudo -. Antes de eso afirmé que Carlos - el adorado Concho - me había llevado al aeropuerto en Chihuahua.

Wrong. It was Tijuana.

El cambio está hecho. Mi cerebro sigue igual de alborotado. Perdón.

4.12.03

Crónica de avión

Eran las 7.50 de la mañana cuando Carlos se estacionó frente al aeropuerto de Tijuana. Su Monza rojo - que, increíble o no, salió de una rifa - se veía realmente pequeño en comparación con las grandísimas camionetas con placas de California de la que bajaban números interminables de personas cargando bultos.

Yo no me quedaba atrás. Una maleta grande - con muerto adentro y todo -, dos bolsas de papel en la mano, mi omnipresente mochila negra y un paquete largo, un regalo sorpresa. Me empecé a poner nerviosa de camino, cuando me dí cuenta que traía una chamarra con sendo logotipo de otra compañía farmaceútica, que no eran mis clientes. Ya podía escuchar al sarcástico de C diciendo: "Uy, qué bonito, peque. A ver cuando te cambias de firma y pierdes esta cuenta". Total, tuve que preparar mi defensa mientras doblaba el cuello de la chamarra para que no se viera el logotipo. Me envalentoné y me escuché espetándole ante la mirada atónita de su gente: "Mira C., cuando me regales una chamarra de tu laboratorio entonces me dejo de poner la que tengo".

Qué patético.

Pasé el primer filtro y luego comenzó mi corto martirio. Es horrible, pero le tengo pánico al semáforo de hacienda. Alguna vez queriendo pasar la aduana en Belice un oficial bastante corrupto me quiso quitar mis comprar, como si yo no conociera mi franquicia. Triste.

Bueno, el punto es que empezó el suplicio. Adelante de mí, un hombre con cuatro maletas de mi tamaño. Y no exagero. Atrás, casi lo mismo. Mis cosas, hechas sándwich entre las de los dos. Llegué al semáforo y respiré - iba a ser casi imposible volver a meter todo en mi maleta si la abrían. Nada sucedió. Se iluminó el PASE en verde y pasé casi corriendo.

Documenté después de esperar en línea y ver la cantidad increíble de sobrepeso que pagan otros viajeros en su equipaje. Estaba segura - en mi egoísmo - que a mi también me iban a cobrar. Nada. Por alguna extraña razón, no rebasé los 25 kilogramos permitidos. Me quedé en el límite.

Subí a abordar. A los hombres delante de mi les costaba deshacerse de sus sombreros, les daba una pena terrible sacarse las botas y caminar a través del arco con sus calcetines raídos. Se ve en su manera de encorvarse, de pedirle disculpas a los oficiales de seguridad en todo momento quienes, dicho sea de paso, abusan. (Entonces me imagino: ¿quién quiere hacernos creer a los que vivimos en el DeFectuoso que los campesinos van a desnudarse a Paseo de la Reforma cuando les da vergüenza quitarse los zapatos en el aeropuerto).

La tripulación y algunos ejecutivos pasan rápido. Se quejan del retraso. Lo que no saben es que estamos aún más retrasados. El hombre del mostrador, mientras me hacía firmar ese sospechoso papelito en el que tomas responsabilidad sobre tu equipaje frágil, me aviso: "mire, señorita, su vuelo está retrasado por mal tiempo en la ciudad de México. Se va a retrasar un poco, pero todavía no sabemos cuánto".

La verdad es que en ese momento no quise preguntar. Teníamos el tiempo justo para llegar a México a una rueda de prensa y no me hacía ninguna ilusión que nuestro avión saliera mucho más tarde.

El aeropuerto de Tijuana es un hoyo negro. Es feo. Muy feo. No tiene nada, las tiendas son como de pueblo fantasma: con tres tristes cosas y todas llenas de polvo. Me percaté que están construyendo una zona más amplia, con más luz, pero estaba cerrada. La verdad es que me sentí tentada a brincarme la cerca y sentarme allá.

Me senté entre un montón de señoras que se quejaban de lo caro de las tortas en el aeropuerto. Una de ellas sorbía una sopa maruchan, envuelta en una cobijita. La acompañaba de un chico con botas de pitón y gorra de los Lakers. Respiraban todos tranquilos porque iban a salir a Guadalajara y esos vuelos sí estaban a tiempo. Volteé entonces a la pantalla. Los vuelos se habían retrasado entre tres y cuatro horas. Horror. Horror al crimen.

Me llama mi cliente. "¿Dónde estás? Está retrasado el avión. Hazle como puedas pero retrasa la rueda de prensa". Oh, Dios. Como si eso fuera posible. Corrí al filtro y me encontré con él y con, oh Dios - de nuevo - Ms. Sharpie. Miedo total. "¿Cómo ves? ¿Qué hacemos?" Explico que tenemos manos atadas en ese sentido. Deciden que nos vamos a ir de otra manera.

Por Cuernavaca.

Y empezó una vez más el viacrucis. Salte de la sala de abordar, reune identificaciones y boletos de todos los que cambian de vuelo, cambia el vuelo, redocumenta - rápido, porque el vuelo se va - vuelve a pasar aduana, filtros de seguridad y trépate al avión.

Una de las cosas que he aprendido cuando viajo a Tijuana es la enorme cantidad de gente de campo que viaja para allá. Que lo hace de acuerdo a sus costumbres: con bolsas, con "lonche", en bola. Me decepcioné mucho de la gente que venía conmigo cuando los ví rechazarlos de entrada. Me decepcioné de mi cuando, en lugar de atender a la señora que estaba junto a mi, muy nerviosa por el vuelo, me dí la media vuelta y me dormí.

El avión era una aventura. Nos dieron de comer un triste sándwich. Llegamos a Cuernavaca, yo platicando con la señora para curar mi conciencia. Nunca había aterrizado en un aeropuerto tan chiquito. La verdadera aventura fue recoger las maletas. Cientos de personas esperando, felices de ver a sus parientes. Cientos de parientes enloquecidos, queriendo llevarse sus cosas ya, encimados sobre las maletas. Terrible.

Equipaje rescatado - el mío venía completo, con todo y regalo sorpresa delicado por el que tuve que firmar (fiu) -, nos subimos en camionetas y salimos corriendo hacia México. Increíble, pero llegamos a tiempo para la conferencia. Me quisieron echar muchas culpas y ninguna la tomé. Ninguna de ellas.

- No me puedo quitar de la cabeza la cara de un niño, adolescente, que subió al avión solo, cuidado por la sobrecargo. Antes de despegar estaba llorando. Su cara era tan triste que me dieron ganas de llorar a mí también -.


Cronopio tan viajero

Siguiente parada, Monterrey. Una vez más, el discurso hasta el día de ayer era: "No te vas a quedar. Hacemos las entrevistas y te regresas". Adivinen qué. Estoy en un centro de Negocios haciendo tiempo en lo que se hacen las nueve de la noche.

Por lo pronto, hoy ya decidí que no voy a salir corriendo como loca peligrosa a comprarme algo "más decente" que ponerme. Me voy a poner esto que traigo, que también me pondré mañana. Seré una homeless corporativa, je.

La verdad es que ya hasta me duele la cabeza. Monterrey no es una de mis ciudades favoritas, pero estando en la tranquilidad de una sala de negocios tampoco puedo decir que la estoy conociendo mucho. Me tengo que salir de aquí.

¿Y porqué los millones de viajes? Estoy cumpliendo con un proyecto emergente de un cliente difícil. Bastante. Sobre todo molestoso. Pero ya mero acabo. Solamente hoy.

Extraño mucho al Duque. Quizá eso es lo que más me molesta. Y como él también está ahogado de trabajo, es imposible que nos veamos.

Triste.

2.12.03

Cronopio peligroso

Auxilio. Computadora sin acentos ni enies. Cronopio en la frontera. Increible lo que pueden hacer un par de kilometros por los jardines de una meseta.

Ya casi regreso. Extranio al Duque. Mucho.

Argh.

24.11.03

Reporte foráneo

Este cronopio visita relámpago a la ciudad de Mérida. Espera tener tiempo de ir a comprar guayaberas. ¿Algún encargo o recomendación? ¿Noticia de alguna farmacia clandestina donde pueda comprar un calmante de caballos para darles a los histéricos con los que vengo?

Broma. Je.

Quiero regresar. Extraño al Duque. Snif.

21.11.03

Las enormes mentiras

Michael Jackson se entregó. Pagó los tres millones de dólares que le impusieron como fianza y entregó su pasaporte. Le tomaron una foto en donde su cara monstruosa se ve clara, estable. Ojos de venado asustado, de animal.

Dice que todas las acusaciones son mentiras. Dice que el niño con cáncer, el que recibe atención psiquiátrica después de haber estado en Neverland, el niño cuya familia no está dispuesta a vender la acusación por diez millones de dólares como lo hizo otra familia hace diez años, miente.

(Cerdo)

Cuestión, como dice el NYT, de esperar que comience uno de los más grandes espectáculos legales que ha habido en años.

(Cerdo)

13.11.03

Dos navidades

Me habla Martha y me dice que mi Bili quiere celebrar la Navidad este 21 de noviembre porque es el único día que puede tener a todos sus hijos juntos. Habrá que asistir a Tapatilandia a esta fiesta previa y al cumpleaños de Mamá.

Dos Navidades. No sé si me da emoción.
Demasiado sol por dentro

Algunos días soy tan, pero tan egocéntrica, que ando buscando por los lugares cosas que me recuerden a mi misma. Lo malo es que como tengo el espejo chueco, por lo general descubro que mi nariz es el picaporte de la puerta o el lunar que tengo arriba de la boca en el lado derecho de la boca se convirtió en una vela polvosa sobre la mesa de noche.

No estoy tan segura de porqué me busco en los otros. Supongo que es una cuestión de buscar amigos. Últimamente todo es tan cansado, tan rápido, tan complejo que parece que no me doy tiempo para ir a hacer lo que yo quisiera.

Hace mucho que no leo en público. Y ayer Fatal Espejo organizó una lectura. Yo quería ir, sobre todo porque realmente tengo ganas de ver a Alberto y a Raquel. Un día la semana pasada, con hambre, me estaba acordando de las semanas que compartimos el Duque, Alberto y yo el departamento de Chabacano. Era divertidísimo. Sobre todo porque Alberto y yo llegábamos relativamente temprano y nos poníamos a inventar cena. Y después, a molestar hasta que el Duque decidía dejar todo y regresar a casa a cenar con nosotros - que ya estábamos más dormidos que otra cosa.

En fin. Sirva este post para decir que realmente lo siento y tenía ganas de estar allá.

Tengo un conflicto laboral. Alguien, enviado maligno de Ms. Sharpie, vino esta semana a decirme que, como no había trabajado durante el último año (¿?) tendría que hacer un proyecto nuevo gratis. Porque no había hecho nada. Desde ayer estoy haciendo un reporte con el recuento de los daños y la verdad es que ya no quiero continuar. Me entristece pensar que asumen que no hice nada. Mucho. Y no quiero trabajar de a gratis.

Me siento como con demasiado sol. Te da calor, te entra el letargo, no quieres hacer nada más que dormir. Supongo que alguien le llamaría a eso depresión. Yo le llamo demasiado sol

2.11.03

Aventuras del Cronopio en Ticolandia - Primera Parte

Hoy tengo acceso por primera vez desde mi tardío arribo ayer a Costa Rica. No tengo ni 24 horas en el país y ya puedo darme idea de muchas cosas. Por ejemplo, me sorprendió enterarme que para cruzar el país de extremo a extremo por su parte más ancha sólo hay que recorrer poco más de 480 kilómetros. Curiosidades geográficas.

El vuelo de ayer no fue el mejor del mundo. No venía lleno, pero la gente hacía tanto ruido que parecía que sí. Otra vez me volvió a tocar esa cena tan particular consistente en \enchiladas\ que son tacos de cochinita pibil con salsa verde. Bastante desagradable. Unos gringos escandalosos venían gritando junto a nos. Un poco terrible.

Llegamos al aeropuerto poco después de las once. El equipaje tardó en bajar. Tanto Martha como yo traíamos sendas maletas, difíciles de cargar. Extranié la cordialidad de los aeropuertos mexicanos, por absurdo que esto sea. Casi me voy con todo y maleta de regreso en la cinta de transportación y nadie me ayudó. Triste.

Salimos y tomamos un taxi con el taxista/guía de turistas que uno nunca sabe si anhelar o huir de él, sobre todo cuando pasan de las doce de la noche. La calle principal (y aparentemente única por donde podíamos pasar) estaba cerrada porque hoy se iba a realizar una especie de maratón musical en favor de la tercera edad. Total que tuvo que tomar una ruta alterna. Horror de ruta alterna.

Ya había sentido yo muy feo cuando llené mi forma migratoria y tuve que firmar debajo de un letrero que dice en mayúsculas que entiendo sobre las graves penas que causa la explotación sexual de menores en Costa Rica. Y de pronto, al ver a 'toda la mercancía' en la calle, se me rompió bastante el corazón. El lugar, además, se veía francamente peligroso. Cuando llegamos al hotel/hostal donde nos estamos quedando estas dos noches, me sentía el doble de cansada por el estrés de pasar por calles que hasta el taxista calificó como 'francamente peligrosas'.

Total nos recibieron a las 12.40 con la noticia de que a las 6.30 de la maniana estarían aquí por nosotros para llevarnos a nuestro tour de rafting. Inmediatemente a las camas limpias, pero no demasiado cómodas (se mueven, vaya). A las 5 ya había salido el sol. A las 6.30 estábamos casi desayunadas, incluso. Llegaron tarde por nosotros, un hombre alto y rubio y un chofer gordito, simpático y con una boca hecha un desastre. Desde el momento en que nos subimos, todo estaba mal para el guía. Eramos demasiado delgadas, no podríamos remar, había que ir por otro tipo que nos ayudara. El tipo no llegó. Se había quedado dormido.

El desayuno que incluía el tour lo hicimos en un parador para camioneros. Tampoco era tan malo. Probamos el tradicional 'Gallo Pinto' [conocido para mí como moros con cristianos] con pollo. Media orden de eso y un vaso de jugo después salimos en camino. 45 minutos de conducir a través de la selva y llegamos a otro sitio para esperar a que nos llevaran la balsa. Llegó la balsa: gris, descolorida y sin otro tripulante. O, nuestro supuesto guía, logró hacerme sentir bien conmigo: nunca había conocido a una persona que se quejara de TODO tanto o más que yo.

Por fin llegamos a la entrada del río. Nos dimos cuenta que llevábamos la ropa menos indicada, pero ni modo. Martha comenzó a ponerse nerviosa cuando nos hicieron firmar un disclaimer de seguridad. En plan 'si te mueres, no es nuestra culpa'. Había otros chicos con dos botes mucho más lindos que iban a llevar un grupo grande. En mi corazón, mientras tomábamos algunas fotografías, deseé que pudiéramos irnos con ellos.

Deseo cumplido. O. nunca pudo inflar nuestra balsa que tenía problemas con una válvula y habló con otro de los guías para irse con nosotros. Nos subimos. Los primeros dos rápidos uno siente mucha angustia. Te dicen que remes para adelante y remas para atrás. Después de acostumbras: a las órdenes, al agua fría que te salpica, al sol que te pega, a los pájaros que vuelan alrededor. A ver lindo mientras remas. Un lugar maravilloso.

Poco más de una hora después, O. decidió que nosotros nos bajábamos ahí. Martha y yo, que habíamos hecho migas con el otro guía, lo miramos con ojos de desamparo. Estuvo de acuerdo en que siguiéramos otra hora más con ellos. Muy feliz.

Después de un rato, paramos en un claro. Sacamos del agua una de las barcas y nos prepararon el almuerzo: fruta tropical, sándwiches y galletas con queso y ate. Fuí tan feliz. Unos monos nos gritaban desde lejos para que les dejáramos los restos. El guía fue implacable: no porque se generar moscas. Si quieren papaya, que bajen una de los árboles. Fair enough.

Ya casi para terminar encontramos un rápido muy crecido. Martha se salió del bote pero la rescatamos pronto. El otro bote se volteó por completo. Tuvimos que trabajar en el salvamento de seis gringos. Intenso. Después, yo me tiré al agua y me llevó la corriente, casi para llegar a nuestro destino. Tuvieron que salvarme. Pero no pasó a mayores.

Nos cambiamos de ropa, nos despedimos de companieros y guía y de vuelta a la camioneta con O. y su carota. Volvimos a parar para comer algo. En la carretera llovió y no pude evitar quedarme dormida. Llegamos y me negué a llenarle su tarjeta de recomendación.

Colofón: son menos de las nueve de la noche y no me quiero mover del hotel. Maniana salimos a las 6.15 a conocer el volcán Poas. Mientras escribo, la máquina se bambolea porque mi equilibrio sigue en el vaivén de los rápidos. Estoy quemada. Mis tenis quedaron hechos un desastre.

Hace tiempo que no me divertía tanto.

[Extranié mucho al Duque. Le hubiera encantado. Tendremos que traerlo otra vez]

Ahora, a dormir. Quizá, si logro vencer mi miedo, saldré a cenar algo.

30.10.03

Working in paradise

Las pocas (o muchas) noticias que se generen hoy por parte de esta aspirante a cronista serán desde el lindísimo Cancún. Lástima que estoy encerrada en una oficina a kilómetros de la playa y que, a como pinta el día, no vamos a tener oportunidad de visitarla.

Además, me acaban de informar que regresamos hoy mismo al DeFectuoso.

Muy triste.

Igual, estaremos reportando qué tan rico se siente salir del aire acondicionado y toparse con el sol del Caribe y la brisa fresca del mar (aunque sea a la mitad de la ciudad).

Día mediático. Sea.

Ah. Hoy viajé a petición de mi cliente en Clase Ejecutiva. No puedo negarlo. Me sentía como niña con juguete nuevo. Mis pies colgaban del enorme sillón. Me sentí extraña cuando la sobrecargo me puso una servilleta de tela y me dió un vaso de cristal. El desayuno estaba bastante decente. ¿Lo más simpático? Todo el mundo ha asumido que soy la esposa de mi cliente. Muy chistoso. "¿Vienen de luna de miel?". Idon'tthinkso. Lo bueno es que me dieron una linda oficina para trabajar mientras él se asolea en la terraza del edificio.
Es un buen lugar. He dicho.
A petición

En medio de la vorágine de cosas que tengo que hacer - por eso estoy desaparecida - James me hace notar que el Jameslog acaba de poner una frase celebre de cierta feminista gringa (urghm) llamada Naomi Wolf. En resumidas cuentas, y para quien no quiera aventarse el resumen de James, la mujer afirma que las mujeres ya no podemos competir con el porno. Sobre todo las mujeres modernas. Que, dice ella, una mujer desnuda "real" es solamente "mala pornografía".

Caramba. Yo he vivido mis largos 24 años entre dos aguas: por un lado, uno aparentemente según la Wolf tendría que ser tan voluptuosa como una artista porno para tener éxito en la cama. Por otro, a fin de tener éxito entre los hombres "de cacería", tendríamos que ser delgadas y perennemente hermosas como las modelos de haute couture. Y, tercero, para ser profesionalmente exitosas hay que ser a veces guapas, a veces invisibles, a veces grises, a veces simpáticas, a veces una ogras, etc, etc, etc.

Mi respuesta a Naomi Wolf (interesante que comparta el nombre con dos famosas, una por su físico y otra por su extraordinaria escritura): Ya tengo demasiado en qué preocuparme en mi vida cotidiana como para afirmar que no voy a ser exitosa en la cama a menos de que utilice una copa D, todo mi cuerpo esté absolutamente duro y tenga los labios inyectados - sin hablar de la melena rubia. No tengo tiempo, ni dinero, como para elucubrar acerca de la posibilidad de tener un cuerpo así.

Y otra más: creo que el sexo es algo que va mucho más allá de unas nalgas como piedras, una copa D y una melena rubia. Para mí, lo que hace sexual a una persona también es la energía que emite, el tipo de cosas de las que habla, su voz, su cabeza. Acordándome de aquello de que el mejor afrodisiaco que existe es el cerebro le mando a la señora Wolf un sonoro cuícuiri.

- Quizá el problema (aclaro que esto es hipotético, no quiero demandas ni reclamos posteriores) es que nuestra querida Naomi no fue casteada en una película porno para la que audicionó cuando estaba debatiéndose entre si estudiar "Drama" o "Social Studies". "The problem with her is that she tries to hard", quizá dijo el productor. Y el resto es historia -

Servido, caballero.

25.10.03

De Crí Crí y otros demonios

Pues, contra lo que pueda afirmar mi querido Quantumbyte, a mí sí me gusta Crí-Crí. Creo que empezar a buscarles dobles interpretaciones a sus canciones o generar truculentas teorías sobre cómo su representación de la realidad desató ciertas conductas como la de los "hijitos de mami" es algo un tanto ocioso. Vaya, me recuerda a mí mismo afirmando que una parte tardía de la generación X y la temprana de la generación Z estamos condenados a vivir deprimidos por haber crecido expuestos a Candy, Candy y Remi.

Lo cierto es que a Crí-Crí no le gustaban mucho los niños. Alguien me contó una vez que el señor trabajaba de noche y encerrado. Que era poco menos que un ermitaño, pues. Lo interesante de sus canciones, que son cuentos bastante lindos en algunos casos, es también la complejidad de su interpretación musical. El hombre, buen músico, supo crear o adaptar (por aquellos que dicen que es un gran plagiario) todos los ritmos conocidos a cuentos para niños.

Yo creo que eso tiene mucho mérito.

Además, "Los Conejos Panaderos", "Che Araña" y "El Ropavejero" siguen siendo tres de mis canciones favoritas de todos los tiempos.
Viernes por la tarde

Ya me voy. Día terrible.

Hago profundo mea culpa por haber retratado a James como un terrible womanizer. Es un ser de toda mi confianza y que recibe todo mi amor. Hoy hasta funcionó como caballero en shining armor... y sé que sabe cómo se lo agradezco.

Tengo el secreto de una amiga querida a la que le ofrecen un empleo. Que esta tribuna sirva para que todos los buenos deseos lleguen hasta ella. Si es lo que mejor le conviene, lo tendrá. Albricias.

Empezaré hoy a desentrañar un misterio por lo más críptico para los tapatíos: lo que significa la palabra "quesadilla" para los defeños. Digo, por el asunto de la etimología - o cosa parecida - para mí es muy claro que una quesadilla es una tortilla con queso.

Pues no, señores, no. En el DF las quesadillas son de chicharrón, de tinga, de frijoles, de rajas, de flor de calabaza, de lo que sea. Menos de queso. Las que tienen queso solamente se llaman "tacos de queso". Y bueno. ¿Qué puede uno hacer con eso?

A un costado de mi oficina venden "quesadillas". Una señora se pone bajo unos arbolitos con un anafre y una sombrilla para gusto y regusto de todos los oficinistas hambreados. Cuestan seis o siete pesos, dependiendo del relleno. Las tortillas son de maíz azul y las tortea ahí mismo, enfrente de uno. Eso es tan lindo.

Uno se las puede comer sentado ahí mismo en banquitos de plástico o pedirlas para llevar. Ambas opciones son buenas, pero la segunda es mejor si se quiere evitar el ruido de Reforma. Hoy compré un par de quesadillas para desayunar-comer. El problema fue pasar por el elevador y la gente que me miraba. Todos querían mi plato. Incómodo.

Delirio de persecución. Hambre. En fin.

Creo que los zapatistas que están en mi oficina ya están a punto de cumplir su mes ahí plantados. ¿Qué procede en estos casos? ¿Se les mandan flores? ¿O ya tenemos la suficiente confianza como para pedirles que nos inviten un taco?

24.10.03

Resumen
(de porqué no escribo cuando no escribo)

Hoy me costó mucho trabajo levantarme. No quise hacer de desayunar. Me negué en redondo. Llegué tarde a la oficina porque se descompusieron los elevadores y tuve que subir los diez pisos trepada en mis tacones de aguja. Me duele aún. Abrí mi computadora y nadie se había muerto pero Costa Rica estaba histérica por la reunión de principios de noviembre. Mandé un correo, me desayuné un tamal verde, el Cosas me regaló una pluma muy linda y salí corriendo a la Torre. Encuentro de intensos. Aprobaron uno de mis proyectos y fuí muy feliz. Nos ofrecieron América Latina y fuimos aún más felices. Salimos después de las 12. Mi patrona manejaba su auto negro y comía una barrita muy sana. En la oficina, reinaba el caos. Mis tres hijos se me subieron a las barbas. Finalmente los calmé. Tendré que estar en Costa Rica una semana para arreglar el caos (ah, el sufrimiento). No toda la gente me contestó el teléfono como debía el día de hoy. Hice reservaciones para muchas cosas. Mi jefa anunció que se va a Egipto. Mi patrona me corrigió un boletín y me acaba de plantar. Tendré que tomar un taxi. Me invitan a colaborar en una revista. Leo algo y me siento profundamente insultada. Me niego a insultar de regreso al insultador. Respira, idiota, respira. Tengo que cambiarme y llegar a clase a las ocho (Inhalo, atrás; exhalo, adelante).

Ya lo dijo James: "Muñeca... no me interesa que hagas Pilates. Es lógico en tí. Mejor cómprate un BMW y llévame de paseo". Pretencioso y groserito. Pero sabe que lo quiero y por eso se dá el lujo de decir eso.

En otras noticias:
- Fiesquito y yo nos estamos poniendo mal. O ese alguien que nos molesta le baja de espuma a su chocolate o... quién sabe. Tampoco es como que pudiéramos hacer mucho.
- Benjamín me presumió que va a ser una invitación para la Exposición Anual de Obra de Artistas Extranjeros en Kyoto. Me dio como el orgullo.
- El sábado me van a llevar a conocer la Base de Mantenimiento. ;)
- Me entero que Incannus estaba enfermo y me preocupa. Habrá que hablarle.
- El TEP se acordó de mi. Me hablaron para hacerme una entrevista y hasta me sentí importante.
- Recibí una invitación la mar de linda. Y un pie de plástico (de esos para asustar gente). Y un abrazo cibernético. Y un pisón de orgullo, también cibernético... al final, me queda en la boca ese sabor agridulce de estar cumpliendo con mi aristocracia y olvidando por completo mi labor de mercenaria.

Sucede.

21.10.03

Welcome back

Casi sin esperanza, hoy visité el monorama de mi querido BEF, ya resignada a no encontrar nada nuevo. - Sé de buena fuente (él mismo) que había estado muy ocupado -

¡Pero sí hay novedades! ¡Regresó! ¡Y nos hace tan felices eso!

La crónica de Regiolandia es muy buena. Yo estuve ahí hace un par de semanas. ¿Lo peor? Llegar a las 7 de la tarde y meterme a un embotellamiento de hora y media en el "freeway". ¿Lo mejor? Que fuimos a comer al Club de Industriales. Como dice mi querida Gusana "verdadera comida de hombres". En lugar de un triste plato de cabrito, me comí un platote de paella con langosta y una tarta de manzana con helado de vainilla. Muy bueno.

Ciudad sin chiste. La verdad.
Aniversario... tarde

Siempre se me hace tarde. Siempre, a todos lados. Algunas veces intento, hago mi mejor esfuerzo por llegar a tiempo, porque todo esté bien. Pero parece que estoy negada con los relojes y los calendarios.

Y los días transcurren. Tan rápido. El domingo se cumplió un año de que el Duque y yo nos paramos frente a un altar a jurarnos amor eterno - con el temor que lleva a conservarlo.

Las cosas no funcionaron del todo bien de acuerdo a los planes. Pero igual fue hermoso despertar junto a él y saber que no tengo más planes que mirarme en sus ojos.

Hoy tiene gripa y se quedó en el Castillo de Chuchurumbel. Lo extrañamos. Tanto.

Gracias, Mío. Gracias por todo un año (más los nueve meses anteriores). Gracias por estar y ser. Seguir siendo.

Te amo.

17.10.03

Nuevo agregado

Quatumbyte se enojó conmigo porque no estaba en mis links. Servido, caballero. Y recuerde: este blog puede ser extremista, pero todavía no tanto como para vender sus espacios.
Las ventajas de los gorditos

El Jameslog consigna un estudio que afirma que "a nadie le gustan los gorditos". Muchas mentiras. Yo sé de buena fuente que hay mujeres que prefieren con mucho un hombre pachoncito para que las abrace (mi queridísima Gusana tendría que desmentirme).

Además, yo tengo la gran ventaja de estar rodeada de gordos adorables. Gordos felices. Puedo contar entre mis mejores amigos a grandes seres (en todos los sentidos). ¡Y los queremos tanto!. Como diría la buenaza de Fiesquito: se antoja mucho abrazarlos.

He dicho.
Los encuerados

Por salud mental, empiezo a enteder poco a poco que más me vale no ponerme mala cada vez que encuentro a un nuevo grupo zapatista asentado a la entrada de mi oficina. Cada vez resultan más interesantes las "variantes" de la propuesta.

Ayer miércoles decidí ir al banco después de comer. La tramitología hizo que absurdamente yo saliera una y otra vez de la sucursal para retirar dinero y pedir saldos al cajero automático. En una de esas, comencé a escuchar los altavoces de la policía que ayuda a llevar "en orden" las marchas (si es que alguien considera que esto es posible).

Primero me pusé histérica. "Yo con cien pesos en la cuenta y qué tal si ahorita pasan y me los arrebatan y soy tan infeliz". Después ví una imagen que despertó mi curiosidad: un turista intensamente rubio, subido en la parte alta del Turibús, tomaba una y otra vez fotos con su muy sofisticada cámara fotográfica, mientras él y sus compañeros se retorcían de risa (en el cordón de la vereda. Perdón, Cortázar en mi cabecita hoy).

Casi me indigné. "¿Por qué le causan risa a este desabrido nuestros luchadores pueblos indígenas?". Pero entonces giré medio cuerpo y lo entendí todo: varias decenas de hombres caminaban por Paseo de la Reforma completamente desnudos. Sus sexos colgaban entre sus piernas, disimulados por la maraña de vello púbico. Gritaban consignas sobre la dignidad de los pueblos, tan encimadas las unas en las otras que era imposible entenderlas a cabalidad. Pero desnudos.

La verdad es que, para mí, no tenían cara de campesinos. No todos y mucho menos los que iban a la vanguardia completamente desnudos. Atrás los seguía un enorme contingente de hombres semi desnudos, ruborizados, que escondían su cara entre sus sombreros o sus gorras. Esos me parecían más campesinos. Y me dieron pena.

También me dió pena la ejecutiva que me estaba atendiendo en el banco, quien me dejó con el Jesús en la boca y el depósito en la mano y salió corriendo a ver a los encuerados. Cinco minutos después - ya que el contingente había pasado - volvió a entrar. Ruborizada. Sudorosa por su corta carrera. "Ay, perdón... es que hay que ir a ver si hay algo que valga la pena, ¿no crees?". Algo en mi corazón me dice que se sintió mal cuando no fuí empática, ni le sonreí y le pedí que termináramos el trámite.

Todo el merequetengue me hizo pensar en una cosa: ¿quiénes serán los encuerados totales? Mi primera hipótesis es que se trata de socios representantes de la Asociación Mexicana de Exhibicionistas y que decidieron rentarse para fiestas, reuniones y manifestaciones. Con la lanita del acarreo, pagan algunas de las multas y/o fianzas de sus agremiados. Y siguen mostrándose sin problemas.

Ah, qué caray.

¿Alguien tiene otra hipótesis que quiera compartir con nos?
Feliz, feliz

Es difícil cuando uno llega a una ciudad nueva, a un empleo nuevo, a todo nuevo. En enero de 2002 yo no dejaba de llorar. Un día que me sentía particularmente mal, que sospechaba que algunas de mis decisiones habían sido las equivocadas, me dio gripa. Horrible. Y tenía que conocer a mis nuevos jefes con terrible nariz de reno.

En medio del huracán, alguien me dio un par de palmadas en la espalda y me ofreció un café con moka. Era la primera vez que nos veíamos. Creo que nunca una bebida y una palabra de aliento me habían hecho tantísimo bien.

Pasó el tiempo. A veces nos peleábamos. Pero - con todo lo cursi que suena - poquito a poco se convirtió en mi mejor amiga. En la que estuvo ahí todo el tiempo. Cuando dudé. Cuando lloré. Cuando tomé nuevas decisiones.

Ese ser maravilloso cumple años hoy. Y casi se me hace un nudo en la garganta porque a veces creo que no le he dicho suficientes veces lo mucho que la quiero.

Felicidades, Karlita. Te quiero mucho. Todas las albricias, bendiciones y buenos hechizos que pueda dejar sobre tu hermoso ser todo el cielo.
Cronopio con muchas cosas que hacer

Desesperado (punto) Intenté romper todos los papeles y tirarlos al basurero pero se me echaron encima (punto) Lloro (punto) Lloro (punto) Lloro (punto)

14.10.03

Fiesquito, bienvenida

Mi querida Fiesquito está iniciando en el asunto del blog. Todavía no es del todo feliz con él y no se anima a hacerlo público pero quiero felicitarla. Ya algún día agregaremos su link.

- Realmente, yo creo que la gente de Blogger me podría dar una comisión. Soy buena vendedora. -

10.10.03

Ahora todo tiene sentido

De pronto ayer, mientras estaba sentada en la oficina de Don Carlos, me pusé a hojear un enorme desperdicio de papel editado por el TEC y Milenio, en donde se daba cuenta de los nombres de todos los egresados de mi sacrosanta alma-mater.

Al ver mi nombre en esa pseudo - guía telefónica y social, entendí algo. Nací en Guadalajara, de una tradicional familia jaliscience - hipercatólica, por supuesto. Primero, me educaron monjas y después, regios. Ahora trabajo en un edificio en donde a las primeras de cambio llegan un montón de campesinos y agreden mi derecho a la seguridad al mostrarme sendos machetes antes de entrar y salir de mi oficina.

Con todos estos antecedentes... ¿alguien tiene una duda sobre porqué milito en la derecha? Caramba. Hasta yo me sorprendo a veces. :P
Cronopio atascado en regiolandia

Como mi querido Duque pronóstico, todo salió bien en mi evento de ayer en Regiolandia. No me intoxiqué - de hecho, conocí un falso pub inglés muy mono -, al final se hicieron todas las entrevistas programadas y me trabajo me gustó hasta a mí.

El único problema verdadero era mi regreso al DeFectuoso. Y heme aquí, atascada y sufriendo tanto en el Salón Ejecutivo de Regiolandia - je, je, je - cuando debería de estar volando y preparada para recibir a nuestra big boss brasileira.

Caramba. Puros gajes del oficio.

Descubrí en Monterrey un nuevo puente ubicado en la Colonia del Valle, muy bonito y grandielocuente y todas esas cosas que se dicen. En cuanto lo ví, me acordé de los magníficos diseños de Calatrava, ese gran... arquitecto español. Pero, ¡oh, sorpresa!. Aparentemente el "diseño" se le atribuye a una compañía constructura misma que está enfrentando una demanda de don Calatrava por plagio. Hummm... yo no debería de decir nada en contra de la proverbial marrez de algunos (nótese la distinción) regios, pero creo que esto va más allá.

También la creación y la creatividad deben defenderse. He dicho.

(Esperemos que pronto suba la neblina y pueda irme. Un tercio de "altos, jóvenes ejecutivos regiomontanos" hablan a grito pelado y decidieron poner Big Brother VIP en la única pantalla de televisión del salón... ¡Qué vergüenza!)

8.10.03

Y por si alguien se lo preguntaba

No. Yo no quiero ser presidenta. Muchas gracias.
¿Qué llevó el tigre a atacar?

Las Vegas está de luto. Roy Horn fue atacado por un tigre, que además, resulta es tapatío. MSN Entertainment se pregunta hoy: ¿qué llevó al tigre a atacar?

Mmmm...

¿Su naturaleza?

Digo, just guessing.

Otras ligas: Damián tiene un comentario interesante en el Jameslog.
¿Ah si, chismoso?

Mi prima Ceci tiene una frase maravillosa que le avienta a cualquiera que está exagerando. Se para frente de él, pone sus bracitos en jarras y le espeta: ¿Ah si, chismoso? - De hecho se escucha algo así como "¿Achichismosoooo?" -. Muy simpático.

Ahora el que se merece un "achichismoso" es Arnold Schwarzenegger. El señor se postuló, prometió cosas, se retractó de otras y ahora ahí está: es el flamantísimo gobernador de California.

Como dice el artículo de Dean E. Murphy en el NYT, ahora Mr. Terminator tendrá que enfrentarse a una batalla real, no a una en la que un doble arriesga su vida por él. Tendrá que resolver por lo menos parcialmente todos los problemas que enfrenta el estado, fracturado y con graves problemas hacendarios.

Obviamente Arnold no tiene remota idea del asunto de la administrada. Pero eso, dirían algunos, no es problema. Sólo le faltan unos "buenos asesores". Ajá. Otra vez vemos el asunto de la mercadotecnia del producto político. Sacamos a un héroe de la pantalla, con el que la gente está identificada, para que sienta que la puede sacar de sus broncas reales. Y la gente, increíblemente, ¡vota por el enorme bruto de sonrisa colgate!.

En fin. Gajes del oficio. Estoy de acuerdo con Murphy: esta elección californiana puede ser, efectivamente, el peor ejemplo de lo que pasa en una democracia.
Noticias de los papeles desconocidos

Hoy recibí una carta de Deíctico. No sé si la escribió él o su aleta. Está molesto porque afirma que por mi culpa lo están acusando de un crimen no cometido. Entre otras amenazas, me informa que ya me borró de los agradecimientos de su actual obra literaria - la cual, insiste, no es nada de lo que dijo Incannus y no puede ser juzgada hasta después de su lectura. La razón para que yo estuviera en esa lista de agradecimientos, me explica, es que él acabó con todas mis reservas de atún la semana pasada mientras estaba yo distraida. Pregunta también que cuándo haré más burritos de atún, para que le deje un tupper con algunos en el refrigerador. Asegura que sabe cómo entrar a mi casa y que él se servirá sin problema.

También dice estar muy molesto porque no lo dejaron entrar a Boston con la visa del Duque. Me pide que la próxima vez le exija que se vista de smoking.

E insiste en que ahora me odia porque por mi lo culpan de un crimen que no cometió.

En fin.

- En otras noticias, por fin la burocracia mexicana se animó a reponerle su pasaporte al Duque. El pobre fue atacado de la peor manera por una cámara fotográfica saca-fotos-horribles y estuvo a punto de jurar que no viajará por los próximos diez años. Espero convencerlo de lo contrario, pero sé que aún le duele en el alma la pésima imagen. No sé porqué sufre. ¡Si es tan guapo en vivo! -
Oda al publicista desconocido

Todos tenemos un publicista interno. Criticamos los comerciales hasta el cansancio y todas esas cosas. Desde hace un mes que me mudé al Castillo de Chuchurumbel con el Duque, hay un publicista que nos está haciendo la vida menos pesada: el que diseña los espectaculares de Gandhi que están puestos en Periférico Sur, casi a la altura de Mixcoac.

Ahí, entre el estacionamiento de cuatro carriles, de pronto uno se encuentra una frase inteligente. Los descubrimientos iniciaron con una que me hizo ruborizar, porque yo también he sido víctima de la epidemia de güeyear a medio mundo:

"Leer, güey,
incrementa, güey,
tu vocabulario, güey".

Me gustaba mucho. Me hacía reír cada vez que pasaba por ahí. Luego lo cambiaron por otro que, sin ser malo, no acababa de hacerme feliz.

"Es que amar
y leer no es igual,
amar es sufrir,
leer es gozar".

Y vaya que yo encuentro la lectura un entretenimiento más que gozoso... pero mi empatía con el alcohólico príncipe de la canción tiene límites.

Anoche, mientras mi estómago me gritaba amablemente de qué me iba morir después de que no lo alimenté por horas y me angustié terriblemente con la traducción de una grabación telefónica - este nuevo trabajo de investigador privado no deja - encontré algo hermoso: un espectacular nuevo.

"No digas chido
porque se escucha
gacho"

¡Oh, publicista! ¡Salve!
Un poco de abandono

Este pobre blog sufre de mi abandono porque este pobre ser sufre de sobrecarga de trabajo. Todo por bocotas.

- Ándale - dice la voz chiquita atrás de mis orejas - para que sigas diciendo que te aburres -.

Snif.

4.10.03

Qué dolor, qué dolor, qué pena

Tengo toda la intención de contar una historia por demás triste, pero hay algo que me ha puesto a pensar. La visita a la Gran Manzana -sin torres- se vió frustrada porque en el mismísimo momento de subirnos al avión el Duque descubrió que alguien le había robado (o había perdido) su visa y pasaporte. Los gringos, tan amables, no nos iban a dejar pasar por lo que no nos fuimos.

- Tengo que confesar que cuando iba a despegar el avión, me inventé un pretexto y corrí. No quería protagonizar un momento Candy, Candy enfrente del muy amable joven del mostrador -

He sospechado de todo y de todos cuanto he podido. De pronto, me ha llegado la iluminación cuando me hice una autovisita al blog. Creo que alguien me está saboteando.

Y usted... ¿sabe dónde está Deíctico? Tendremos que preguntarle a Rax y a Chema. ¿No será que va viajando por el mundo disfrazado del Duque? Bueh... no lo creo. El Duque se viste usualmente de banquero, no de pinguino. Pero igual, si ven un pinguino en el aeropuerto por favor, reténganle sus papeles. Qué se me hace que se fue a buscar lo que quedaban de las TGs.

25.9.03

Pequeña presunción

La semana pasada mucha gente me dio hermosas pistas de cosas que ver en San Francisco de las cuales yo no tenía ni idea. Por esto: ¿Alguien tiene una sugerencia puntual para ver en Nueva York? Ya lo sé, toda la ciudad. ¿Algo más? ¿Algo en concreto?

23.9.03

Para M., en un día confuso

Querida mía
no te sorprendas al ver tus ojos
- esos sauces de tu cara -
empapados de la recurrente partida de las mariposas

hay flores que despiertan en tu balcón
aunque tú no las hayas llamado
no puedes guardarlas, ni dormirlas
(sería como encerrar la lluvia en una pecera de colores)

pero las pequeñas hormigas que llevan el tiempo hasta tu almohada
sabrán detenerse al descubrir la niebla que dejas
después de cada madrugada

no vendrá otro predador a fincar su reino en tus campos
no lo dejarás pasar

levanta tu cara y deja que tus pestañas bailen con la brisa:
el regalo del atardecer es corto pero no le temes

hace años que raptaste al sol para llevarlo en la cabeza
y no habrá más cuervos que puedan alejarlo de ti.
Para esos ingenuos...

...que pensaban que la guerra ya se había acabado. Reporta el NYT que hoy 22 de septiembre explotó otra bomba frente a las oficinas de la ONU en Bagdad.

Kofi Annan dijo la semana pasada que la anterior explosión había "acabado con la inocencia" de la organización. ¿Será que, por fin, esta acabará con su pasividad?

22.9.03

Y pensar que todo es culpa de Leonardo (da Vinci, dicen)

Los lunes comienzan con flojerita. Yo, que fuí atacada durante el fin de semana por una horda de mosquitos, no puedo concentrarme a causa de la comezón. Esta mañana decidí salir de mi casa con unos muy cómodos zapatos blancos de piso, en contra de todas las reglas no escritas que dicen que uno debe ir muy mono (traducir esto a falda o medias o zapatos sexies) a la oficina.

Lo lindo es que este artículo de opinión del NYT me da toda la razón. Los zapatos altos son crueles y no aptos para la agitada vida de ciudad.

("Ajá" - dice mi conciencia con voz reprobatoria -, "otra vez buscando razones para justificar ampliamente tus fachas. Que te crea tu mamá")

19.9.03

El autodestierro (I)

De cuando en cuando - lo más frecuentemente posible - me gusta salir de esta ciudad y reconocer otras. La semana pasada convencí al Duque y después de una serie de peripecias que incluyeron una gran mentira piadosa, tomamos un avión con destino final a San Francisco, CA.

Era un día difícil. Tuve mis temores de viajar en 11 de septiembre, por aquello de la histeria y los aviones estrellados. Pero todo fue más tranquilo de lo esperado. En realidad, por lo menos en el aeropuerto de México, el único problema nos lo ocasionó un oficial mexicano de migración, que se negaba a darme una forma de salida e ingreso al país porque "esa es nada más para mexicanos". Tuve que enseñarle mi pasaporte para que soltara el famoso papelito. Lo que me puso más nerviosa fue pensar que, si no me hago entender en español, ¿cómo espero poder hacerlo en inglés?

Subimos al avión después de la revisión de rutina. La mujer en el mostrador nos dijo que nos iba a dar asientos juntos, pero no nos advirtió que para que esto sucediera nos tenía que mandar a la última fila (esa en la que los asientos no se reclinan y, en los aviones viejitos, se sentía una intensa vibración).

Total, comenzó el vuelo. Los pasajeros eran de lo más variopinto. Alrededor de nosotros, chicanos, un businessman gringo y dos chicas disfrazadas de Frida Kahlo que no hablaban español. El vuelo comenzó más o menos bien, con excepción de que pasamos por una zona de muchísima turbulencia. Después, Jim Carrey y su a veces insoportable All-mighty hicieron su aparición en las pantallitas de televisión.

Todo iba bien. Todavía nos sentíamos un poco nerviosos por la huida y en ese momento ya nos había pegado el cansancio y el hambre. Las azafatas salieron con sus carritos que olían - raro en comida de avión - muy, muy bien... y caminaron hasta el principio del avión. Entre que la aeronave era larga, estaban sirviendo comida caliente con opciones (¿pollo, burrito, carne, vegetariano?) y que el avión estaba lleno de gente problemática, se tardaron una verdadera eternidad. La película se terminó y no nos habían servido de cenar. Comenzábamos a ponernos nerviosos.

Las personas cercanas a nosotros se pusieron pesadas. Las Fridas pelearon a la azafata porque ya no tenía alimentos vegetarianos y "low fat". El businessmen nada más les hizo caras. Cuando llegaron con nosotros ya solamente tenían carne. Nos la ofrecieron como disculpándose. Nosotros moríamos de hambre. No sabemos que tan buena era en realidad, pero nos supo a cielo y estuvimos a punto de besarlas de la emoción.

Luego, las bebidas. Ocúrreseme pedir vino tinto. Sí, por supuesto. La chica se agacha para buscar en el fondo de su carrito y se para con cara de congoja. "Es que ya no hay. Pero seguro guardado. Espérenme". Ni tiempo nos dió de decirle que no era importante, que una Coca Cola sería suficiente. Ella viajó por todo el avión regresando una y otra vez a pedirnos disculpas hasta que regresó con dos vasos servidos: "es que el vino que servimos en Primera no viene en botellas individuales".

(La verdad a mí me dió un poco la decepción. Tenía la negra intención de beberme sólo una de las dos botellitas que te dan y guardar la otra. Lo siento... mis instintos de roedor...)

Nos tomamos nuestro tiempo para cenar mientras ellas recorrían otra vez el avión recogiendo basura. Constantemente regresaban a preguntarnos si necesitábamos algo, en un estilo de atención que yo sólo conocí cuando por error me dieron un boleto en primera. A media cena, una de las chicas llegó con dos botellitas (yupi) y nos las dió. El vuelo siguió sin contratiempos.

Casi al llegar a Los Angeles (vuelo con conexión), la jefa de azafatas se acercó a nosotros. Traía una bolsa de plástico blanca en las manos. Se la extendió al Duque y le dijo: "Muchas, muchas gracias. Es de parte de todas nosotras, porque han sido la pareja más dulce que hemos atendido en el día". En la bolsa había una botella de vino chileno. El Duque me miró iluminado, sonriente. Era un buen augurio.

El paso por el aeropuerto de Los Angeles fue relativamente rápido. El oficial de migración se hizo loco con mis papeles cinco minutos, pero al final me dejó pasar. Salimos a la calle. Teníamos que tomar un camioncito para cambiar de terminal. Nos subimos a uno en el que la mujer que conducía decidió no parar en la terminal a la que teníamos que ir, por lo que le dimos dos vueltas completas al circuito. Muy extraño, en realidad.

El viaje entre Los Ángeles - San Francisco transcurrió sin problemas. El piloto golpeó un pedazo de metal que estaba en la pista antes de despegar, pero sólo nos retrasamos diez minutos. Otra vez nos habían sentado en la última fila, pero ya teníamos demasiado sueño, así que medio nos morimos. Al final, cuando aterrizamos, tuve mi único recordatorio del 11/09 de dos años atrás. La jefa de azafatas (otra) tomó el micrófono y dijo: "Hoy, más que cualquier día, el capitán y todo el equipo les agradecemos que hayan volado con nosotros en United. Esperamos que nuestros compañeros estén en otros cielos amistosos". En realidad, fue un poco triste. Su voz se quebró. Supongo que debe ser duro.

Al llegar a SFO el aeropuerto estaba desierto. Tratamos de buscar un camioncito para que fuera menos caro el transporte al centro de la ciudad, donde estaba nuestro hotel, pero fue inútil. Un hombre con apariencia de Dr. Zhivago se acercó y preguntó si queríamos un taxi. Dijimos que sí. Nos subió a su enorme automóvil color arena y arrancó, se comió la distancia a más de 80 millas por hora.

Al dar una vuelta, pudimos ver el skyline de la ciudad. Como en sincronía, el radio cambió de canción y comenzó Take Five, de Brubeck, una de las canciones favoritas del Duque. Otra vez brilló: esos augurios son felices.

Finalmente llegamos al hotel: una construcción de inicios del siglo pasado, en el corazón del distrito teatral, en la esquina de Geary y Taylor. Descendimos del auto y el Duque le preguntó al conductor su nombre: por supuesto, se llamaba Omar (lo de Shariff ya no lo confirmamos... creo que nos hubiera dado miedito).

Nos registramos y subimos a morirnos a una habitación pequeñita pero suntuosa, que tenía un armario de madera pesada y una cama con dosel. Una ventana que daba a un callejón que daba a la calle Taylor. En la esquina del callejón y Taylor, una casa de masajes con decenas de foquitos rojos llamada "Les nuits de Paris". Aunque parezca extraño, algo en eso me ayudó a dormir mejor.

18.9.03

Escarabajos (y otros bichos) sin caparazón

El Mundo - literalmente el diario español El Mundo - muestra una nota escandalizante sobre la última locura de misses beatle Yoko Ono, quien decidió desnudarse en una obra de teatro para pedir la paz. ¿Cuál es la necesidad, pregunto yo? ¿Para qué se anda desnudando la viejita pidiendo la paz out of love y atentando así contra el buen gusto de los expuestos a los medios (ni hablar con los pobres que estaban en el teatro... qué impresión...)? Caramba, de que a la gente le gusta el show business, ni cómo quitarle el mal hábito.

Por si no fuera suficiente desnudez relativa a los liverpoolosos, hoy se anuncia que en noviembre saldrá a la venta un nuevo disco - de los también conocidos como refritos - cuyo nombre podría traducirse, con un poco de desobligación, como "déjalo andar... en pelotas" y que al final de cuentas se llamará "Let it be... naked". Que ahora sí como se oían en el estudio, sin más arreglos que su genio musical natural. Wórale, como diría Fiesquito. Si les interesa el más nuevo producto de la mercadotecnia musical post-mortem, aquí más referencias.
Soy de lo peor

De lo peorcito. Malo, malo, malérrimo. Hoy de pronto me acuerdo - tarde, como siempre - que dos personas muy importantes para mi vida cumplieron años. Cumplieron. En el tiempo pasado.

Primero el amigo Alberto, quien la semana pasada se hizo un poquitito más sabio por tener más años. Pero bueno, eso no cuenta, porque él siempre es sabio y siempre es amigo. Y se le quiere tanto. Y lo sabe.

Luego mi querido Shorsh, que ayer llegó a la dorada edad de los 24 años. Creo que difícilmente se conoce a gente con tanta pasión como él. Lo quiero y estoy tan orgullosa como si fuera mi hermano... porque pensándolo bien, sí lo es. Este blog se une a los abrazos blogísticos de los cuales ya había dado cuenta el Jameslog.

El tercer cumpleaños - del que sí me acordé a tiempo gracias a Carlitos Loret de Mola - hum - es el de la XEW, que se celebra hoy 18 de septiembre (73 añotes). Yo estoy convencida de que la radio es la mejor caja de magia que puede existir en el mundo moderno.

Una de mis anécdotas preferidas sobre la radiodifusión me la contó mi papá. Dice que cuando tenía como 17 años, fue con sus hermanos y sus primos al rancho de mi bisabuelo, a las faldas del volcán de Colima. En la casa estaba una señora, que se encargaba de hacer el aseo y la comida. Desde temprano se levantaron todos los chamacos (diría el Mago Septién) y prendieron un radio de transistores en lo que se desayunaban. Al terminar, agarraron los caballos y se fueron hacia el monte. Serían aproximadamente las 7:30 de la mañana cuando salieron.

Después del recorrido, regresaron para comer, a eso de las tres de la tarde. Mientras se acercaban, veían a la distancia a la mujer barriendo la terraza y acercándose una y otra vez a la radio. Parecía como que le hablaba. Una vez que los vió venir, dejó de acercarse al radio y se metió a la cocina para preparar la mesa. Llegaron, se lavaron y mi papá se acercó al radio para apagarlo. Cuando la mujer salió con los platos de sopa y observó a mi padre apagar el aparato, suspiró ruidosamente y con mucho alivio. Dejó los platos en la mesa, se quitó el cabello de la cara con su mano rugosa y le dijo a mi padre:

- Ay, joven. Qué bueno ya los calló. Esos pobres... tienen desde tempranito cante y cante y, por más que les insistí, no quisieron irse ni siquiera a almorzar. Seguro ya estaban rete cansados.

11.9.03

Hoy es el día

Es un buen momento para esculcar sus libreros y sacar algunos volúmenes para regalar. Reconozco - mea culpa - que hasta hoy a las siete de la mañana había olvidado mi compromiso con esto, pero ya lo recordé.

Hoy - y hasta el momento - liberaré "Un reloj que hace tictac en Navidad" de Patricia Highsmith y "La Peor Señora del Mundo" de Francisco Hinojosa... está visto que el destino de éste último es que yo lo compre y lo regale hasta el final de los tiempos. La ubicación en la que quedarán está por verse, pero ahora que sé que en San Francisco comenzó todo esto, tengo una muy buena idea de dónde voy a dejar a Hinojosa ;)

Si quieren más información, visiten esta página de Fatal Espejo.

10.9.03

Sabias palabras

Hoy recibí un sabio consejo de mi queridísimo Quantumbyte, ya de regreso en tierras texanas después de haber visitado nuestra patria chica.

Mi paciencia - que es poca y a veces menos - hoy flaqueó. Y el asunto del trabajo acaba conmigo. Entonces, el buenazo Quantumbyte dice:

"El secreto consiste en darse cuenta de que existen 3 tipos fundamentales de compañeros de trabajo: los que trabajan bien, los que no trabajan bien porque su capacidad mental no les da para tanto, y los que no trabajan bien porque son unos hijos de la... bueno, entiendes el mensaje. Hay que apoyarse en los primeros, corretear a los segundos y darle las prioridades invertidas a los terceros".

¡Oh, sabiduría!

Cosas raras

Hoy pasaron puras cosas raras. En primer lugar, mi día laboral fue realmente productivo - por lo menos bajo mis estándares. Entonces estoy aquí, una hora después de mi momento de salida, escribiendo el cierre del día. Cosas.

Tomé la ruta más rara de mi casa al trabajo. Hice 1 hora y 45 minutos en llegar y no estaba de pésimo humor cuando por fin alcancé el elevador y pasé mi grillete electrónico por la puerta.

Dos hombres que quiero mucho me pidieron consejo sentimental. Me sentí en mis mejores épocas de psicoanalista de bolsillo. Espero haberlos ayudado. O por lo menos no confundirlos más.

Un hombre que quiero mucho lloró enfrente de mí. No me parece bueno: me parece profundamente valiente llorar y dejarse abrazar a pesar de los estúpidos estándares sexistas.

Me levanté un poco arrepentida, pero cierta, de que si uno quiere robarse la luna es por una buena razón. Quizá sea envidiosa, pero prefiero tener mis pequeños amuletos a la mano que arriesgar mi bienestar por la felicidad de los otros. Ya encontrarán otro satélite que refleje la luz.

Hoy volví a imaginarme de pelo muy cano, en unos 40 años. Y él estaba ahí, mirándome. Besándome la frente. Me sentí feliz al reconocer que aún sé lo que entonces sabía.

9.9.03

"Era una persona distinta entonces"

En el siguiente capítulo de la saga "Terminator al Gobierno de California", Mr. Schwarzenegger decidió mandar a su esposa María - parte del clan de los Kennedy - a buscarle votantes femeninas, porque su éxito entre esa población no es arrollador.

Pero bueno, Terminator resulta más naive de lo imaginado. Sí, es cierto - dice él - hice comentarios sexistas y horrendos. "Pero la verdad es que tienen que olvidarse de los 70s. Yo era una persona distinta entonces".

Querido mío: eres lo que fuiste, lo que eres y lo que serás. Si los californianos tomaran por cierta tu declaración, ¿quién les garantiza que respetarás tus promesas de campaña? Bajo esa lógica, eres una persona en campaña y serás otra en el cargo.

Peligro, peligro, peligro. Este Terminator - es cada día más obvio - merece salir de circulación.
Frases lapidarias del fin e inicio de semana

- Parte de la evolución de una mujer es aprender a mentir
- Confía en la absoluta estupidez de la gente y acertarás

A veces soy un asco (pero qué bien me caigo, también)

8.9.03

Las otras chicas

Las chicas Super-Poderosas en mi imaginario personal a veces son tres y otras tantas - tardes de televisión con pizza y vino tinto - son cuatro: Carrie, Samantha, Charlotte y Miranda. Descubrir Sex and the City hace poco más de un año gracias a Canal 40 y las series en DVD, fue un verdadero descanso. De pronto me dí cuenta que las cosas no estaban tan mal, aunque a veces pareciera que sí. Que uno puede reírse de todo: especialmente de uno mismo.

Hace un par de días un amigo mío despotricaba contra la serie diciendo que era lo más anti-feminista del mundo porque se la pasaba hablando de la cantidad de zapatos y de hombres que podían o no conseguirse las protagonistas en lugar de ser totalmente progre y centrarse en sus éxitos.

Gran sorpresa cuando descubro hoy que mi amigo - hombre usualmente definido por la originalidad de sus ideas - plagió o fue plagiado por el NYT en un artículo de Catherine Orenstein. ¿Qué habrá sido primero? ¿Estará contagiándose del mal que aqueja a los columnistas del Reforma? ;)

Según la Orenstein, el gran problema de "Sex and the City" - el que supuestamente la convierte en heredera manca y coja de otras series de mujeres de los setenta y ochenta - es que hace ver a las chicas muy poco profundas, más preocupadas por sus zapatos y sus relaciones que por su futuro y sus trabajos.

Yo creo que es honesta. Habemos muchas mujeres en el mundo que por razones incomprensibles gastamos el dinero que ganamos en cosas tan absurdas como unos zapatos ridículamente caros. Hay muchas otras que, como Miranda, ahorran hasta comprarse un enorme departamento e invertir... y después se sienten solas y escuchan voces - imaginarias o no - que les dicen que son una amenaza para los hombres a su alrededor.

Decía el Duque el viernes que si la serie tratara de hombres y fuera igualmente honesta tendría también como tema principal las relaciones. Porque finalmente es lo que más importa.

Poco a poco, dejamos cada vez más atrás los años ochenta y el rush breateastonellisiano típico de la Generación X (whatever the f*** it means). Cada vez es menos importante lo que tienes en contraste con quién eres (por lo menos para ingenuos peligrosos como yo). Y en este caso, creo que ese es el gran acierto de Sex and The City: que empieza a poner en clara tela de juicio la importancia de tener más y más cosas si es que no se tiene alguien con quién compartirlas.

En fin. Supongo que también como argumento de defensa a la serie - que yo adoro - podríamos decir que siempre es reconfortante. A mí me reconforta saber que cuatro mujeres que ya pasan la frontera de los treinta años están tan confusas como yo. Me hace sentir que todavía tengo todo el derecho del mundo a equivocarme. Y eso es un buen respiro.
¡Lectores del mundo, uníos!

Primerísima llamada para participar en el Atentado Poético que en México tiene como representantes y organizadores al grupo Fatal Espejo, al que felizmente pertenezco.

Por favor, enlácennos lo más posible. La propuesta es que el próximo 11 de septiembre, por aquello del recuerdo, dejemos un libro en la calle, dedicado a un desconocido. En el link anterior hay instrucciones para documentar esta actividad. Todos, manos a la obra, bajo la premisa de que el mejor terrorismo posible es ampliar el conocimiento a cualquier precio. Sea.
Festejos

Este blog se une a los festejos en honor a nuestro querido James, quien a recibido la hermosa noticia de que por fin alguien entró en razón - en este caso las Becas Fulbright García Robles - y lo mandarán a un lugar maravilloso a estudiar su maestría.

- La verdad de las cosas es que nos pudrimos de la envidia. Pero también nos da mucho gusto por él. Salud. ;) -

5.9.03

Otra más sobre el inútil círculo de la muerte

Cortesía de mi querido James, un artículo más sobre el absurdo círculo de la muerte que comentaba ayer. En Slate, William Saletan le da un nuevo sentido a las palabras "Licencia para Matar": ahora resulta que todos podríamos matar a alguien siempre y cuando consideremos que él mata víctimas inocentes. (Uf, GWBush está en gravísimos problemas).

Saletan hace una buena reflexión al respecto: si de verdad todos tenemos el derecho a ser vengadores (anónimos o no) entonces tendremos que empezar a cuidarnos las espaldas con más ganas. Cualquiera puede decidir que nosotros sí tenemos la culpa.

Entonces... ¿para qué aquello de que el estado tiene el monopolio de la violencia? Bienvenido al mundo Bizarro.

4.9.03

Sólo merecen silencio

"Los médicos muertos no pueden matar". "Matar a los asesinos de bebés es un homicidio justificable". "El Extremismo en Defensa de la Vida no es Extremo".

Ayer, miércoles 3 de septiembre, murió por inyección letal en Florida Paul Jennings Hill, un ex-pastor que decidió hace nueve años que la mejor manera de evitar los abortos era matando a tiros a un doctor que los practicaba en Florida y a su acompañante.

No estoy a favor de la pena de muerte. No estoy a favor del aborto. No estoy a favor de una cultura de la muerte ni de la venganza. Y todo este caso es una alabanza a la muerte. Dios no es vengativo. Y definitivamente, Dios no es una razón - que me perdonen los cruzados - para matar a otros. Y menos con argumentos tan chaparros como los del primer párrafo de este post.
30 por ciento de descuento... permanente

La disquera Universal anunció hoy que recortará los precios de sus discos compactos para evitar la piratería y los problemas que les está ocasionando el libre mercado en Internet.
Josh Bernoff, uno de los analistas que ayudó a tomar esta decisión, afirma: "No se supone que la música deba ser un producto elitista. No estamos hablando sobre un Lexus. Es mejor que tengamos a más gente comprando música a bajos precios que descubramos que ya salió del mercado".
¿Y qué pasaría si hicieramos eso en México? Igual no funcionaría. Confieso que cuando camino por el centro de la ciudad me siento tentada tanto por la piratería como por todos los productos audiovisuales originales y de dudosa procedencia que inundan las calles. Pero la tentación no es suficiente justificación como para evitar que se complete el círculo de comercio. Al final, los perjudicados también somos nosotros. Ahora, esperemos que la iniciativa de Universal se refleje en otras disqueras del mercado y también en las tiendas de discos del resto del mundo.

3.9.03

Bienvenido a la casa de las muñecas

Todo indica que don Michael Jackson efectivamente está en quiebra. Ahora, milagrosamente, ha decidido abrir las puertas de su Tierra de Nunca Jamás para una cena exclusiva con show y demás. ¿Alguien se apunta? Más bien, ¿alguien está dispuesto a pagar cinco mil dólares por visitar la tierra de la perversión, perdón, de la diversión creada por don MJ? Quién sabe... a lo mejor ya tiene tan fea la cara que necesita el dinero para hacerse una nueva.
Infamia

Hoy, casi muero de coraje. Una mujer a la que me encantaría madrearme - Madam Sharpie - comentó de manera que llegara a mí su opinión al respecto de que las empresas encargadas de hacer alimentos nutritivos y que contienen azúcar mejor no deben hablar de la obesidad en los niños, por temor a que esto mine su mercado.

¿No conocerá el término "costo de oportunidad"? ¿No habrá comprendido que su empresa está - o por lo menos yo creo que está - comprometida con la buena nutrición y por lo tanto debe dar a conocer los datos que la ponen en un buen lugar? ¿No le parecerá que la educación es mejor que la ignorancia? Ojalá leyera este artículo del NYT sobre la importancia de enseñarles a los niños cómo comer. Ojalá pensara en que otra gente también tiene puntos de vista valiosos.

Caramba. Si no fuera por idiotas de su calaña hubiera menos problemas en el mundo. De verdad. Ojalá que se ponga gorda y le salgan granos. Humpf.
Aprendiendo del frío

Los pobres rusosvan de mal en peor. Ahora ya no pueden abortar, pero tampoco les dan opciones de planificación familiar. Y, encima de todo, no tienen niños. Gritaría algún conservador (más conservador de los que ya lo hacen): ¿dónde, dónde está el tío Stalin?
Moño negro

Este blog se pone de luto un poco tarde por la muerte de dos hombres fuertes: don Charles Bronson - el hombre al que todos le tenían miedo pero que, como bien dice este artículo del NYT, tenía la capacidad de mostrar "al malo que todos llevamos dentro" - y don Eulalio González "Piporro" - qué puedo decir... me caía simpático de cuando en cuando-. Ojalá que se la estén pasando bomba con la cofradía de artistas, anexos y conexos que hay en el Cielo. (Seguro allá no hay sindicatos ni seres malvados que les hagan imposible la existencia).
Contenta... como tapatía

Hace un par de años, en Jalisco hubo un gobernador que me hacía reír. Me gustaba su estilo. Se equivocaba. Hablaba pésimo, con palabras inventadas - nuncamente -. Pero era un hombre muy trabajador. Honesto.

Estudió en la misma escuela que mi papá en Ciudad Guzmán, Jalisco. Entró al Palacio de Gobierno Estatal con el cabello negro y lo dejó con cabello gris. Peleó con todos. A los medios les dió portazo a veces, o por su lado. Lo criticaban por novato. Así, novato y todo, hizo cosas. Se ganó a la gente. Una vez fuí a una conferencia en la que estuvieron él y Fher, el cantante de Maná. Al final de la conferencia, había más señoras queriéndose tomar una foto con él que con el cantante.

Le decían "el Gober" de burla, diciendo que no era un gobernador completo. Y él lo tomó como su marca personal. Se presentaba como el gober. La gente lo quería.

Yo creí que Fox le iba a dar algo interesante. Lo mandaron a la Comisión Forestal, a la tierra, que siempre le ha gustado, que siempre ha trabajado. A mí me gustaba para más. Hoy lo designaron como nuevo Secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales. Me dió contento. Felicidades, mi querido gober, don Alberto Cárdenas Jiménez. Desde este blog, regionalista y orgulloso, la mejor de las suertes.

2.9.03

Errores en la gramática

Caminábamos. Siempre nos ha gustado conocer las ciudades con un sombrero en la cabeza, huaraches cómodos y un mapa en la mano. Hacía poco un gato amarillo con rayas negras nos había sonreído desde una esquina. Él decía que no, que seguramente se confundió y creyó que éramos otros, parte del barrio. Yo estaba segura de que el gato nos había reconocido.

En el mapa, encontramos cientos de tiendas la mar de interesantes. En una librería que atendía un señor con el cabello pintado de verde y una camiseta que decía "I'm a drunk, not an alcoholic. Alcoholics go to meetings" compramos un tratado sobre la importancia de desflemar las berenjenas antes de cocinarlas. Por supuesto, tenía unas pastas hermosamente violetas. Lo vimos al mismo tiempo y asentimos: acordamos que estaría perfecto frente a la Bromelia, quien seguramente se animaría a florear al verlo de tan bonito color.

La siguiente parada que habíamos planeado hacía que nuestros bolsillos comenzaran a salivar: la leyenda en el mapa (que habíamos sacado del bote de basura afuera del hotel) decía "Tienda de Viejos". No pensábamos en los relojes de bolsillo con diamantes: yo estaba buscando un vestido de flapper con rebordado azul turquesa y él necesitaba un bombín. ¡Qué decir de unas cuántas sombrillas apolilladas! ¡Serían perfectas para el jardincillo de la casa del vecino de enfrente! - Mientras más polilla, mejor. Quizá, estuve de acuerdo, unos espejuelos para ir a la Ópera. E insistí en la suprema necesidad de conseguir zapatillas de seda china. No había más.

Caminábamos comiendo churros con chocolate cuando llegamos a la dirección. "Toque en la puerta amarilla", decía el mapa. Todas las puertas de la calle eran de colores. Yo veía dos amarillas. No, dijo él, una es mostaza. No, dije yo, es amarillo yema de huevo pasada. No, es mostaza. No es amarillo-yema-de-huevo-pasada. No, mostaza. No. Nos cansamos. El me insultó en alemán y yo en francés. Como no nos entendimos, nos dió mucha risa. Entonces caminamos hasta un pequeño mercado cercano (Atendía una mujer con lentes y cabello oscuro. Muy extraña. Hasta traía delantal y veía telenovelas) que nos vendió un frasco pequeño de mostaza.

Regresamos y pusimos mostaza sobre las dos puertas. Esperamos. Al secarse nos dimos cuenta que en la que yo decía que era amarillo-yema-de-huevo-pasada ya no se veía la mostaza. "Seguramente se la tragó", dijo él. Estuve de acuerdo y tocamos en la otra puerta.

Abrió el gato amarillo con rayas negras. Dijo estar muy contento de vernos. Él se sorprendió de ser reconocido y quiso correr, pero el olor a galletas de chocolate lo tranquilizó. Caminamos por un pasillo largo, lleno de nada en las paredes. Al final, un patio. "Esta es la tienda de viejos", dijo el gato. "¿Cómo lo quieren?".

Nos miramos. Le contamos nuestra lista, lo que queríamos comprar. Se quedó pensando y después corrió. El patio era como una sala de espera sin sillas. La voz del gato nos pidió que nos taparamos los ojos. Nos dejamos caer un poco más los sombreros y nos pusimos a vernos los dedos manchados de tierra de ciudad.

Cuando maulló, miramos. Eran dos viejos adorables. Ella vestía un vestido de flapper con rebordado azul turquesa y zapatillas de seda china. El, con smoking, llevaba un bombín y espejuelos para la ópera. Sendas sombrillas colgaban de sus brazos. Llevaban bolsas de galletas de chocolate recién horneadas.

Todo lo demás fue muy rápido. Nos preguntaron sobre nuestros abuelos. Ibamos a comenzar a hablar de su partida cuando sacaron una carpeta de argollas: un albúm fotográfico de nuestros abuelos tomando el sol en una playa imposiblemente azul. Muy hermoso. Después de limpiarnos las lágrimas con el mapa, entendimos qué se vende en una "Tienda de Viejos". Y nos sorprendimos de lo fácil que resulta adoptar un abuelo.

El gato, ser sofisticado como el que más, nos regaló un reloj de bolsillo con diamantes como "premio por nuestro excelente gusto". Nosotros, distraidos con el atardecer y con el vaivén de nuestros nuevos abuelos, lo perdimos de regreso al hotel.